¿Diamantes de color natural o tratado?

Las fancys naturales son extremadamente raras. Se estima que por cada 10.000 diamantes incoloros sólo hay un espécimen de color valioso. Dado que los colores tienen un gran atractivo óptico y, por lo tanto, las piedras de color se utilizan a menudo en la producción de joya. La demanda es mucho mayor que la oferta de diamantes de color natural, lo que explica los precios, a veces horrendos, que analizaremos con más detalle en breve. Una alternativa más barata es fabricar diamantes de menor valor coloreados artificialmente en el laboratorio. No obstante, dicho tratamiento deberá indicarse en el certificado.

En el pasado, una manera muy simple fue elegida para hacer que los diamantes parezcan más coloridos: Las superficies de la piedra eran simplemente de color.

Pero entonces la física y más tarde ganadora del Premio Nobel Marie Sklodowska Curie descubrió el polonio y el radio. A partir de entonces, los diamantes fueron coloreados por irradiación. Aunque los resultados eran de mayor calidad que la coloración superficial, estas piedras tenían una desventaja decisiva: eran altamente radioactivas, y eso durante mucho tiempo.

Esta es la razón por la que más tarde se utilizaron aceleradores de partículas (ciclotrones). La radioctividad de los diamantes tratados se degradó más rápidamente, pero la coloración no fue satisfactoria.

En la década de 1970, un nuevo método finalmente entró en juego: el llamado tratamiento HPHT. Esta abreviatura significa "Alta Presión - Alta Temperatura". Los diamantes están expuestos a muy alta presión y altas temperaturas (1.500 a 3.500 grados Celsius). Este proceso garantiza una alta calidad en la producción de joyas.

Otro proceso que también utilizamos imita a la naturaleza reemplazando el calor, la presión y el tiempo bajo tierra por un simple rayo de electrones acelerados. El resultado es el mismo. El rayo de electrones fuerza a los átomos de boro y nitrógeno a reemplazar algunos de los átomos de carbono. La estructura cristalina se reordena. La luz blanca se distribuye y entonces podemos ver una variedad de hermosos colores brillantes. No se ha añadido nada artificialmente y el color es permanente. El proceso no utiliza radiación y no hay radioactividad. Es completamente seguro y cumple con todas las regulaciones aplicables.